El carnaval es una fiesta popular que siempre ha gozado de una gran tradición en Villaharta, que aunque ha decaído en los últimos años se está intentando volver a recuperar. Los disfraces más corrientes eran para los hombres, vestirse de mujer y para las mujeres, vestirse de hombres.  Entre las murgas cabe destacar la más conocida de todas, la de los “Los Pañeros” que surge para parodiar a unos comerciantes que vendieron a las mujeres de Villaharta unos paños que por ser de muy mala calidad se rompieron de inmediato. También ha quedado en la memoria colectiva de los villaharteños otra murga que hacía referencia a la polémica surgida con motivo de la construcción de una molina por el vertido de alpechín al arroyo. Sus componentes subidos a un burro, disfrazados de alpechineros y con las caras tiznadas formaban dos grupos. Unos decían: “Tachin, tachin, tachin por el arroyo del Lagarazo no pasará el alpechín”. Los otros le respondían: “Tachin, tachin, tachin por el arroyo del Lagarazo si pasará el alpechín.”